• Revista Internacional de Investigación en Adicciones 2023 Vol. 9 (2)
  • ISSN versión impresa: 2448-573X
  • ISSN en línea: 2448-6396
  • DOI: 10.28931/riiad.2023.2.08
  • Fecha de recepción: 24 de abril de 2023
    Fecha de aceptación: 17 de julio de 2023

Artículo original

Factores de tratamiento terapéutico en identidad de recuperación en personas con trastorno por consumo de sustancias: análisis de contenido

Alexis Amelio Fernández Flores 1 , Alberto Castro Valles 1 , María Nieves González Valles 1 , Irene Concepción Carrillo Saucedo 1

1 Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua, México.

Autor de correspondencia: Alexis Amelio Fernández Flores. Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Avenida Heroico Colegio Militar s/n., C.P. 32300, Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Tel: (52) 656 5279599. Correo electrónico: al199201@uacj.mx

Abstract

Introduction: Various studies have shown that some components located within the treatment are important in building a new recovery identity and in addressing substance use disorders.

Objective: the present study aims to explore the impact that the interaction of some treatment-related factors has on the internalization of a long-term recovery identity and the internal logic that follows the maturation of this process from the Opinion of people with substance use disorder who have been abstinent for more than a year.

Method: a deductive content analysis was used that was operationalized on the basis of prior knowledge with semi-structured interviews with 9 participants diagnosed with a substance use disorder who were in a state of abstinence for more than one year, selected through intentionality and snowball.

Results: the main categories explored that were relevant were: prolonged treatment time and continuous care, motivation to change, and quality of treatment received.

Discussion and conclusions: the findings showed the importance of continuing and active treatment to achieve a stable recovery identity, the need for catharsis as an aid for the transition to sobriety and the conscious acceptance of the chronic nature of the disease. Also, the need and voluntary search for help was highlighted after having experienced critical and cumulative experiences of suffering associated with “hitting rock bottom”, the quality of treatment to consolidate a fortuitous rehabilitation, and the support of peers to increase self-efficacy and motivation towards change.

Key words: recovery identity, treatment time, motivation to change, peer support.

Resumen

Introducción: Diversos estudios han demostrado que algunos componentes ubicados dentro del tratamiento son importantes en la construcción de una nueva identidad de recuperación y en el abordaje de los trastornos por consumo de sustancias.

Objetivo: el presente estudio tiene como objetivo explorar el impacto de la interacción de algunos factores relacionados con el tratamiento en la interiorización de una identidad de recuperación a largo plazo y la lógica interna que sigue a la maduración de este proceso, según la opinión de personas con trastorno por consumo de sustancias que llevan más de un año de abstinencia.

Método: se empleó un análisis de contenido deductivo que se operacionalizó sobre la base del conocimiento previo con entrevistas semiestructuradas a nueve participantes diagnosticados con un trastorno por consumo de sustancias que se encontraban en estado de abstinencia mayor a un año, seleccionados mediante procedimientos de intencionalidad y bola de nieve.

Resultados: las categorías principales exploradas que resultaron relevantes fueron el tiempo de tratamiento prolongado y atención continua, la motivación al cambio y la calidad del tratamiento recibido.

Discusión y conclusiones: los hallazgos mostraron la importancia de acudir de manera continua y activa a las sesiones de tratamiento para alcanzar una identidad de recuperación estable, la necesidad de la catarsis como ayuda para la transición hacia la sobriedad y la aceptación consciente del carácter crónico de la enfermedad. También se destacó la necesidad y búsqueda voluntaria de ayuda tras haber vivido experiencias críticas y acumulativas de sufrimiento asociadas a “tocar fondo”, la calidad del tratamiento para consolidar una rehabilitación fortuita, y el apoyo de los pares para el incremento de la autoeficacia y la motivación hacia el cambio.

Palabras clave: identidad de recuperación, tiempo de tratamiento, motivación al cambio, apoyo de pares.

INTRODUCCIÓN

Diversos estudios han demostrado cómo la presencia de algunos componentes ubicados dentro del tratamiento son sumamente valiosos en la construcción de una nueva identidad de recuperación y en el abordaje de los trastornos por consumo de sustancias (Bassuk et al., 2016; De Andrade et al., 2019; Kowalski, 2019; Mckay, 2021; Park et al., 2020; Pinto et al., 2019; Rome et al., 2017). No obstante, aún se conoce poco sobre qué interacción específica de factores influye más en el razonamiento y la toma de decisiones para dejar el consumo a largo plazo, cómo se inicia la interiorización de esta nueva identidad social, o los cambios subjetivos graduales que surgen en este proceso (Velez et al., 2017; Wenaas et al., 2021a). Algunas investigaciones han permitido entender en cierta medida la lógica interna que siguen estas transformaciones en la subjetivación de ex consumidores recuperados, pero todavía es necesario explorar en mayor profundidad esta temática para arribar a hallazgos más concluyentes (Bahl et al., 2019; Barnett et al., 2021; Beckwith et al., 2019; Dillon et al., 2020; Mittelmark et al., 2017; Webb et al., 2022; Wenaas et al., 2021a).

Estudios como el de Buckingham et al. (2013) han resaltado que la identidad de recuperación se asocia con la autoeficacia y predice tanto el número de meses que un participante se mantendrá en abstinencia, así como la reducción en su comportamiento de consumo.

Otras investigaciones también destacan que la satisfacción del paciente con la calidad de los servicios prestados durante el periodo de tratamiento es un predictor significativo vinculado al desarrollo de una nueva identidad de recuperación (Andersson, 2017; Stallvik et al., 2019; Stott y Priest, 2018; Weston et al., 2018). Se ha expresado de manera cada vez más consistente, que un mayor apoyo terapéutico y de pares recibido evoca un mayor involucramiento en el contexto de rehabilitación y un aumento significativo de la predisposición y el mantenimiento de modificar conductas adictivas (Bathish et al., 2017; Bjornestad et al., 2019; Hser et al., 2004; Hutchison et al., 2018; Pettersen et al., 2019). Incluso, se plantea que si los pacientes se identifican fuertemente con grupos que promueven la abstinencia o la recuperación, se obtienen mejores resultados (Buckingham y Best, 2017).

Algunos autores mencionan que para que este comportamiento de abstinencia asimilado mediante la interacción grupal se mantenga continuo e individualizado a largo plazo y constituya una transformación de identidad, es necesario que se produzca un cambio de comportamiento menos esforzado y más sostenible, (Caldwell et al., 2018). Generalmente, diferentes estudios sostienen que el tiempo que se necesita para internalizar dicha recuperación de manera permanente oscila en un rango de entre 1 y 5 años, y llega a considerarse totalmente “autosuficiente” al cabo de un quinquenio (Flynn et al., 2003; El-Guebaly, 2012).

Un fenómeno tan complejo necesita ser abordado desde una mirada holística, no obstante, sólo un reducido número de estudios cualitativos han planteado, desde la complejidad, un enfoque integral para comprender el proceso de recuperación de las personas con trastornos por consumo de sustancias (Bjørlykhaug et al., 2022; Bjornestad et al., 2019; Veseth et al., 2019; Wangensteen y Hystad, 2022).

Por consiguiente, el objetivo de este estudio fue explorar el impacto que tiene la interacción de algunos factores relacionados con el tratamiento en la interiorización de una identidad de recuperación a largo plazo, y la lógica interna que sigue a la maduración de este proceso desde la opinión de ex consumidores que llevan más de un año de abstinencia..

MÉTODO

Participantes

El presente estudio se realizó con perspectiva cualitativa mediante entrevistas semiestructuradas a nueve ex consumidores que estuvieron en rehabilitación residencial por más de un año, en una instalación ubicada en un área urbana de Ciudad Juárez, Chihuahua, México. El reclutamiento se realizó mediante un muestreo en cadena o bola de nieve, puesto que los participantes potenciales (ex consumidores recuperados) del estudio eran difíciles de encontrar. Los consejeros recomendaron otros posibles participantes que presentasen más de un año de abstinencia. La apertura flexible en los criterios de selección originó la inclusión de casos heterogéneos con un rango variado de abstinencia en periodo de años y diversidad en la sustancia consumida. Los datos sociodemográficos de los sujetos seleccionados se presentan en la Tabla 1.

Plan de análisis

La recolección de datos implicó entrevistas semiestructuradas en profundidad. El principal tema fueron los tres factores de tratamiento relacionados con la interiorización de la identidad de recuperación (tiempo de tratamiento prolongado, atención continua con motivación al cambio, y calidad del tratamiento), así como los procesos que se modifican a medida que se avanza hacia la recuperación por la influencia de estos factores terapéuticos. Las entrevistas individuales se llevaron a cabo de manera presencial en un lugar tranquilo en una de las habitaciones de la instalación, por un único entrevistador con formación académica y experiencia con personas con trastorno por consumo de sustancias. La guía de entrevista completa está disponible a petición del autor correspondiente (AAFF).

No se presentó ningún abandono por parte de los participantes durante el proceso de recolección de datos durante tres meses (noviembre de 2021 a enero de 2022). Todas las sesiones fueron grabadas en audio con el permiso de los participantes y luego transcritas profesionalmente, las cuales a su vez fueron analizadas de modo textual. El rigor o la confiabilidad de este estudio cualitativo se garantizó tomando en cuenta criterios importantes como: credibilidad, confiabilidad, conformidad y transferibilidad (Rebar y Macnee, 2010) mejorando la validez de contenido mediante procedimiento de jueceo de especialistas bajo los criterios sugeridos por Lincoln et al. (1985).

En primer lugar se determinaron los conceptos primarios de categorías y subcategorías mediante una matriz de categorización. Después, se obtuvieron los códigos primarios extraídos de las entrevistas por medio de la delimitación y descomposición del texto en unidades semánticas a través de la señalización de índices y elaboración de indicadores. A continuación, los códigos fueron analizados, comparados, resumidos y categorizados en correspondencia con las subcategorías y categorías elaboradas con base en las construcciones teóricas extraídas de la literatura. Los códigos del análisis de contenido se construyeron deductivamente usando un esquema de codificación a priori basado en los pasos descritos por Hsieh y Shannon (2005). La construcción de la matriz de categorización y codificación de los datos por categorías tuvo en cuenta el diálogo entre co investigadores y la consulta de temas pre identificados desde la literatura (Franklin y Ballau, 2005; Graneheim y Lundman, 2004).

Se tomaron notas provenientes de la grabación de audio hasta que los datos se volvieron repetitivos o redundantes, además de considerarse que los temas estaban adecuadamente representados o ejemplificados en los datos mediante análisis de contenido deductivo (Saunders et al., 2018). En concreto, se seleccionó un tamaño de participantes de entre 6 y 13 sujetos con base en recomendaciones para estudios cualitativos de esta naturaleza (Francis et al., 2010; Guest et al., 2006). En la octava entrevista se observaron hallazgos repetitivos, por lo que se decidió detener el criterio en una entrevista más (Francis et al., 2010) (Tabla 2).

Finalmente, el análisis de los datos se sometió a la introducción de una auditoría externa aprovechando la experiencia y disposición de dos colegas calificados con grado de doctorado que trabajan como investigadores en una universidad pública local, en aras de garantizar mayor rigor metodológico al estudio. En cuanto a la facilitación de la transferencia, se ofreció una descripción lo más clara, detallada, profunda y completa posible, pero a la vez nítidas y sencillas, sobre el contexto donde se realizó el estudio, la selección y características de los participantes, así como los datos de recolección y proceso de análisis (Graneheim y Lundman, 2004).

Consideraciones éticas

El estudio se realizó mediante consentimiento informado y se enfatizó el resguardo, anonimato y confidencialidad de los datos con carácter voluntario. El protocolo fue aprobado por el Comité de Ética para la Investigación de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).

RESULTADOS

De las nueve entrevistas se extrajeron 271 códigos primarios provenientes de la delimitación de unidades semánticas. Luego, se compararon y seleccionaron 31 códigos que fueron resumidos finalmente a 22 códigos esenciales. Una vez realizado este procedimiento, se evaluaron dichos códigos ajustándolos a 3 diferentes categorías y 7 subcategorías que ya se habían definido en la matriz de categorización acorde a las construcciones teóricas existentes sobre el tema “factores relacionados con el tratamiento”. El primer análisis se llevó a cabo con los datos recolectados en las primeras ocho entrevistas, luego se decidió realizar una entrevista más para determinar si se mantenía la redundancia en la información empírica.

A partir de la octava entrevista se cuantificó que se había alcanzado la estabilidad de datos en 14 códigos (63.63%) de los 22 propuestos. Mientras que para la novena entrevista la repetitividad de la información con más de 50% de ocurrencia había tenido lugar en 15 de los códigos (68.18%) planteados, los 7 códigos restantes aún carecían de estabilidad para la novena entrevista. De los 15 códigos, los que reflejaron mayor cantidad de ocurrencias con intensidad afectiva y prolijidad de detalles en más de un 50% de las entrevistas llevadas a cabo para examinar cada factor terapéutico -categoría- fueron sólo 10 (45.45%) (Tablas 3 y 4).

Tiempo de tratamiento

La primera categoría explorada fue el tiempo de tratamiento que se considera necesario para alcanzar una recuperación estable. Dicha categoría se compone de dos subcategorías subsecuentes: permanencia o abandono en los tratamientos, y duración de los efectos del tratamiento. Dentro de la Permanencia o abandono se identificaron cuatro códigos: números de días necesarios, necesidad consciente de recibir un tratamiento prolongado, aceptación vs. pensamientos de autoengaño, y la frecuencia participativa a reuniones de atención continua.

“Desde los Doce Pasos se nos enseña que no hay un tiempo específico de recuperación. Una recuperación te va a llevar toda la vida”. (Participante núm. 2, 18 años de consumo de heroína, 6 años de abstinencia).

“Soy un adicto, soy un enfermo, siempre va a ver la posibilidad de drogarme. Es como la diabetes. Ellos necesitan su insulina, su medicamento si no recaen”. (Participante núm. 7, 9 años de consumo de metanfetaminas, 1 año de abstinencia).

En la subcategoría Duración de los efectos, se ubicó la presencia de cuatro códigos: Herramientas efectivas ante situaciones de riesgo; Herramientas terapéuticas efectivas de catarsis, Herramientas terapéuticas de autoeficacia y Reinserción social progresiva.

“Expulsar todo lo que uno trae, todo lo que siente, todo lo que me han dicho o hecho. Todo eso lo voy guardando…pero cuando vengo a la terapia lo comparto, lo saco.” (Participante núm. 3, más de 10 años de consumo de metanfetaminas, 2 años de abstinencia).

“Se me enseñó que podría vivir de una experiencia ajena sin tener que vivirla yo, mediante el apadrinamiento una persona habla con otra compartiendo experiencias. Es básico oír otras experiencias, me ayuda a ver las perspectivas de otros y me enriquece.” (Participante núm. 2, 18 años de consumo de heroína, 6 años de abstinencia).

“Para mantener la abstinencia me ha ayudado mantenerme dentro de la institución. La clave es continuar aquí, compartiendo mi historial, aprendiendo de mis compañeros y en cierta forma prestando mi servicio, eso me hace sentir útil.” (Participante núm. 6, 15 años de consumo de metanfetaminas, 2 años de abstinencia).

Motivación al cambio

Esta categoría se dividió en tres subcategorías: Fuerzas motrices, Cambio decisional progresivo y Autorregulación consciente-volitiva orientada al cambio estable. Dentro de la primer subcategoría se destacó la interacción de dos códigos claves para la activación de la modificación conductual adictiva, la presencia de detonantes ambientales agravantes y condiciones madurativas asociadas al sujeto. Dentro de esta, la presencia de detonantes ambientales agravantes se asoció con experiencias vivenciales críticas, prolongadas y acumulativas asociadas a “tocar fondo”, o sumergirse en un fondo de sufrimiento y malestar constante, como resultado de las consecuencias del consumo.

“Me habían dicho que tocaría fondo, pero nunca había sido como hasta ahora. Perdí a mi madre, mi padre, mi esposa me abandonó, perdí casa, trabajo, parte de mi salud, todo…. Cuando nos quitan todo es cuando en verdad se cambia. Mientras la familia y la pareja nos consientan mucho y tengamos todo a la mano, estemos en nuestra zona de confort, no vamos a cambiar.” (Participante núm. 4, más de 10 años de consumo de alcohol, 1 año de abstinencia).

Si bien es cierto que la presencia de detonantes ambientales agravantes es una condición necesaria, que puede incidir fugazmente en despertar una chispa de necesidad de cambio en los consumidores, es importante converger otras condiciones madurativas asociadas al sujeto para que el incipiente despertar del cambio se consolide gradualmente.

“Es un ultimátum que Dios te da. A mi forma de ver es una interpretación que tú haces. Esta es la última y ya, no hay más. Lo tomas o lo dejas, es la última oportunidad.” (Participante núm. 6, más de 10 años de consumo de metanfetaminas, 2 años de abstinencia).

“El verme en las garras de la muerte, sentía miedo a morir solo, repudiado por todos, eso fue el más poderoso. Pero a la vez comencé a recordar mi vida pasada, mi vida pasada, la madre de mis hijos, los días de salir al parque en mi vida de familia. Empecé a anhelar a mis hijos a mi lado. Y sentí esa necesidad de cambiar, de aprovechar el tiempo que Dios me regale de vida.” (Participante núm. 1, más de 20 años de policonsumo, 2 años 4 meses de abstinencia).

En cuanto a la subcategoría Cambio decisional progresivo, se destacaron tres códigos: Reevaluación conductual mediante la experiencia de pares, Proyección futura unida a sentimientos de utilidad, y Tendencias activantes de superación personal.

“La primera tribuna que yo escuché me dije ‘ese guey porqué está hablando de mí si yo no lo conozco’. Estaba hablando de lo que me sucedía en mi vida en aquel entonces.” (Participante núm. 8, más de 25 años de consumo al alcohol, 13 años de abstinencia).

“El ver a una persona que uno conoció rehabilitado y su cambio en la forma de hablar y andar vestido diferente me motivo y empecé a pensar que sí se podía. Porque esas personas estaban en iguales condiciones que yo. Eso empezó a crear en mi mente esa esperanza, porque lo primero que debe entrar en un adicto es la esperanza. Alguien que me enseñe que si se puede porque otro ya lo hizo.” (Participante núm. 2, 18 años de consumo de heroína, 6 años de abstinencia).

“En otras épocas consumía por consumir y querría morirme. No había ese anhelo de cambiar. Esos deseos que siento ahora como si fuese un reto, si el padrino que tiene 70 años pudo, porque yo no puedo. Esa es mi fuerza, poder ayudar a otros con mi ejemplo.” (Participante núm. 1, más de 20 años de policonsumo, 2 años 4 meses de abstinencia).

Finalmente, en la tercera subcategoría Autorregulación consciente-volitiva orientada al cambio estable, se distinguieron dos códigos: Niveles superiores de regulación volitiva-consciente, y Compromiso conductual orientado a valores, sobriedad y prestación de servicio. De ellos, reorientar sus patrones conductuales a futuro por valores y prestación de servicio a otros consumidores, resulta un medio para redimir sus experiencias y errores de épocas de consumo activo.

“Lo que en 30 años de mi vida no pude entender o descubrir, en los dos últimos años de mi vida lo hice, y eso me cambio totalmente mi forma de pensar y ver las cosas. Me ayudó a darme cuenta del daño que hice a mi familia, lo crítico de mi situación. Todo eso me ayuda a no querer seguir consumiendo.” (Participante núm. 6, más de 10 años de consumo de metanfetaminas, 2 años de abstinencia).

“Me humillé, me convertí en alguien que nunca quise ser y cuando terminé en mi sano juicio vinieron las ganas de ser alguien diferente, de ayudar a otros adictos, de salvar una vida.” (Participante núm. 9, 2 años de abstinencia).

Calidad del tratamiento

La categoría Calidad del tratamiento, se dividió en dos subcategorías: Características del programa y Características del consumidor. Dentro de la primera se contabilizaron cinco códigos: Diversidad del programa, Carácter individualizado, Intensidad, ajuste a necesidades individuales, y Calidad del servicio (valoración positiva de la relación cliente-proveedor).

“Este tratamiento fue más completo, fueron tres meses, varias juntas y aquí sí entendí, porque entendí…aquí me nació el deseo de cambiar…el lugar está bien, tiene condiciones.” (Participante núm. 7, 9 años de consumo de metanfetaminas, 1 año de abstinencia).

“El trato recibido fue diferente, me dieron importancia. Hasta cuando me llamaban la atención por algo incorrecto.” (Participante núm. 5, más de 10 años de consumo de alcohol, 1 año de abstinencia).

“El trato influye mucho, se me hace más sano, diferente, hay más atención, hay más acercamiento con el padrino, militantes de afuera, es más interactivo… el director, el encargado se acercan más a uno.” (Participante núm. 1, más de 20 años de policonsumo, 2 años 4 meses de abstinencia).

Dentro de las características del consumidor se identificaron dos códigos: la satisfacción del cliente y la necesidad gradual de cambio. En el discurso de los entrevistados destacó que a pesar de que se ofrezca un servicio de calidad, diversificado e intenso, es necesario que el propio paciente colabore con su recuperación y no asuma la ayuda terapéutica de modo pasivo, para responder únicamente a las demandas de presiones sociales externas.

“Llegué con la idea de otro centro más. Voy a estar tres meses y salgo y vuelvo a recaer. Pero en este lugar fue diferente, pude trabajar directamente con mis miedos, con lo que me lastimaba…cada día comencé a notar que amanecía con más anhelo por lograrlo.” (Participante no 1, más de 20 años de policonsumo, 2 años 4 meses de abstinencia).

“Aquí me nació el deseo, el ver a otras personas, que se puede salir adelante es de admirar”. (Participante núm. 7, 9 años de consumo de metanfetaminas, 1 año de abstinencia).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El presente estudio explora cómo algunos factores relacionados con el tratamiento contribuyen en la interiorización de una nueva identidad de recuperación a largo plazo, así como la lógica interna que sigue la maduración de estos procesos subjetivos desde la opinión de ex consumidores que llevan más de un año de abstinencia. Los resultados que se presentan en esta sección sólo explican la construcción de una nueva identidad de recuperación en personas que se encuentran recibiendo tratamiento en un centro de ayuda mutua y no otro esquema de tratamiento terapéutico. En concreto, se discuten los principales procesos subjetivos que reflejaron mayor cantidad de ocurrencias con intensidad afectiva y prolijidad de detalles en más de un 50% de las entrevistas llevadas a cabo para examinar cada factor terapéutico (Tabla 3).

En la primera categoría explorada se examina la modificación interna que provoca un tiempo de tratamiento prolongado y de atención continua en la identidad de ex consumidores recuperados. Se observó que a medida que se incrementa el tiempo de estancia en los contextos terapéuticos, existen mayores probabilidades de que disminuyan los pensamientos de autoengaño asociado a negar las consecuencias dañinas del consumo de sustancias, y la negación de que se padece una adicción. Los ex consumidores que caminan hacia la recuperación comienzan a enfrentarse con su realidad vivencial, dejando de mentirse ellos mismos, a sus seres queridos y a los profesionales de la salud. Por el contrario, una interrupción abrupta del tratamiento o la presencia de frecuentes recaídas se asocian con la presencia de erróneas creencias de control del consumo y la justificación de que los efectos negativos asociados no son tan graves (Caputo, 2019; Martínez González et al., 2016; Sirvent et al., 2019).

Otro de los efectos beneficiosos relacionados con la exploración de este primer componente terapéutico es que una mayor exposición prolongada a servicios de rehabilitación permite apropiarse de herramientas terapéuticas más efectivas para afrontar situaciones de riesgo de manera adaptativa, e integrar esos recursos a la identidad de recuperación. En particular, la catarsis fue mencionada con mucho énfasis por los entrevistados como una de esas herramientas de afrontamiento más indispensables para mantener la sobriedad (Azoulay y Orkibi, 2015; Burns, 2016; ter Avest, 2017). Las declaraciones expresadas permitieron interpretar que revelar continuamente las vulnerabilidades a los demás, y enfrentarse a los temores sociales e interpersonales sin consecuencias nocivas de sentirse juzgados o criticados, sino más bien aceptados y comprendidos, contribuye gradualmente a la autoaceptación mediante la confianza compartida, y puede influir para construir nuevas identidades (Chen, 2019; White, 2007).

El tercer recurso que afloró como resultado de mantenerse en estancias prolongadas y la participación en servicios de atención continua fue el desarrollo de sentimientos de autoeficacia, pertenencia e identificación con grupos de autoayuda, gracias al fortalecimiento del apoyo de pares (Bassuk et al., 2016; Reif et al., 2014). Se documentó que las historias sobre cómo otros habían logrado con éxito sus objetivos, resultó ser una fuente excelente de motivación en la construcción de una nueva identidad. La visión de personas similares vinculadas al proceso de recuperación y la vida correcta, introdujo y consolidó la posibilidad del logro de la modificación en ellos mismos (Borkman, 1999; López-Torrecillas et al., 2002).

Los hallazgos narrativos mencionados destacan que el apoyo de pares es un recurso efectivo a largo plazo al establecer lazos afectivos duraderos que propician un aumento de la participación, sostiene la recuperación y apoya el bienestar durante el período crítico de transición al tratamiento (Antonovsky, 1987). Panas et al (2003) en un estudio nacional desarrollado en Estados Unidos, examinan los resultados del tratamiento de 7,800 pacientes, el cual concluye que una mayor proporción de pacientes en terapia de grupo tenían mayor probabilidad de mejorar medidas probadas de rendimiento del tratamiento en comparación con pacientes en terapia individual. Otro estudio de metaanálisis identificó 33 estudios donde dictaminó que la terapia grupal ejercía un efecto importante, pero pequeño en la abstinencia en comparación con la terapia individual, esto indica que la terapia grupal podría ser un poco más eficaz que la terapia individual en relación con la abstinencia (Lo Coco et al., 2019).

Finalmente, una nueva revisión de la Colaboración Cochrane de 27 estudios rigurosos que inscribieron a un total de 10,565 personas con trastorno por consumo de alcohol respalda consistentemente los hallazgos anteriores, y menciona que los formatos de autoayuda de Alcohólicos Anónimos generan resultados relacionados con el alcohol tan buenos o mejores que una intervención psicosocial de alta calidad o como la terapia cognitivo-conductual (Kelly et al., 2019). No obstante, aclaramos que la información compartida anteriormente no significa que para todas las personas el esquema de tratamiento grupal sea la única opción de cambio viable, en otros casos, un esquema de tratamiento individual también resulta funcional. De hecho, cerca de 200 ensayos clínicos aleatorizados y revisiones de metaanálisis han encontrado una eficacia significativa de la entrevista motivacional en los trastornos por consumo de sustancias (Bischof et al., 2021; Magill et al., 2018; Martino et al., 2019).

La segunda categoría explorada fue la motivación al cambio y las transformaciones internas graduales que se van produciendo hasta que el consumidor logra interiorizar un nuevo autoconcepto identitario individualizado. Según el propio discurso de los consumidores entrevistados, existen experiencias previas al periodo de tratamiento que constituyen muchas veces el andamiaje necesario, sin el cual no se podría avanzar a las subsiguientes etapas motivacionales, o sería un poco más complejo realizarlo.

No obstante, declararon que a pesar de las vivencias de “tocar fondo”, sentir necesidad de cambio, desear o imaginar una vida diferente y dar los pasos iniciales de aceptar la ayuda, en los momentos de ingreso al tratamiento manifestaban una escasa expectativa de resultados, con estados emocionales negativos y baja autoeficacia (Hayaki et al., 2021; Kadden y Litt, 2011). Consideraban que serían tratados como “adictos” de manera estigmatizadora y no como personas, con creencias incapacitantes de no poder superar la conducta adictiva, y también fuertes sentimientos de desesperanza y culpa (Rance y Treloar, 2015). Estas actitudes los condujeron a entorpecer su propia participación temprana en el programa, a asumir una postura de resignación pasiva o alienación, lo que obstaculizó el afrontamiento del problema de consumo con esfuerzo y perseverancia (Berndt et al., 2013Fischer et al., 2008; Hartzler et al., 2011; Rance y Treloar, 2015. Sin embargo, la percepción de un trato cálido y cercano por parte de otros pares y personal de la instalación desde los momentos preliminares fue un factor clave para la progresión hacia las fases subsiguientes, lo que incita a superar ese estado de inmovilidad e indiferencia inicial y conduciendo a un balance decisional para la modificación de las conductas de consumo (Bjørlykhaug et al., 2022; Gelso y Kline, 2019; Vansteenkiste et al., 2020).

Estas experiencias narradas demuestran que establecer una alianza terapéutica sólida durante las primeras interacciones sociales del tratamiento resulta un componente facilitador central para lograr la participación del consumidor a lo largo de todo el tratamiento, pero es especialmente útil durante la fase temprana del programa (Wenaas et al., 2021b).

La calidad del tratamiento recibido (tercera categoría explorada) es uno de los principales catalizadores y posterior mecanismo potencial para el cambio de identidad. De hecho, como se ha señalado antes, numerosos estudios enfatizan que una prestación de servicios eficientes sostenida desde el apoyo de pares representa un alto grado de probabilidades para que un individuo pueda llevar a cabo la transición de grupos consumidores a grupos orientados a la recuperación (Bathish et al., 2017; Bassuk et al., 2016; Cloud & Granfield, 2008; Dingle et al., 2015; Eddie et al., 2019; Haslam et al., 2014; Stanojlović & Davidson, 2021).

En suma, todo indica que dentro del contexto terapéutico, manifestar contacto y afecto social en grupos de personas con ideas afines permite que se ayuden mutuamente a sobrellevar crisis o resolver problemas, proporciona la sensación de que se es importante para los demás, valorado, aceptado y visto como individuo, lo cual madura progresivamente el sentido de comunidad y es un elemento frecuentemente empleado para la mejora de la salud mental (Bjørlykhaug et al., 2022; Haslam et al., 2019).

Limitaciones

Primero, el reclutamiento de la muestra seleccionada incluyó informantes de un solo establecimiento en un área geográfica determinada, y fue con un número reducido de participantes; ambos inconvenientes dificultan la transferibilidad de sus resultados a una población mayor. La segunda limitación del estudio consistió en que, dada la dificultad de encontrar participantes potenciales (ex consumidores recuperados), se realizó un muestreo en cadena o bola de nieve, con criterios de inclusión flexibles para alcanzar un tamaño mínimo de sujetos, similar en alguna proporción a las cantidades muestrales que se utiliza en estudios de esta naturaleza.

Sin embargo, esta apertura en los criterios de reclutamiento ocasionó la selección heterogénea de ex consumidores que presentaban un rango de tiempo de abstinencia de un año o más, así como una diversidad marcada respecto a la principal sustancia consumida. Como resultado, se observaron similitudes en el discurso de los informantes recuperados respecto a los mecanismos y factores que más influyen en el proceso de mantenerse en sobriedad, sin embargo, el rango de abstinencia variable y la diversidad de sustancia consumida indiscutiblemente inciden en que los ex consumidores que llevan un año de cese del consumo no experimentan el proceso de recuperación de la misma manera que los que llevan 5 años o más tiempo. Tampoco los que se recuperan de una dependencia al consumo de alcohol manifiestan las mismas experiencias de recuperación que los que fueron consumidores de cocaína, metanfetaminas, heroína, etc.

Para futuros estudios se recomienda aplicar criterios de elegibilidad de alta precisión en cuanto a la selección de participantes con un rango de abstinencia más limitado, menor número de drogas consumidas y sometidos a una misma modalidad de tratamiento. De este modo, se podrá obtener mayor homogeneidad en los resultados, garantizar un menor sesgo y proporcionar un incremento en la posibilidad de extrapolar los hallazgos encontrados con mayor confiabilidad a otras poblaciones similares.

En cuanto a la saturación de datos, cabe mencionar que aunque se alcanzó la estabilidad de información y/o su redundancia sin que apareciese ningún elemento informativo nuevo para la novena entrevista en más del 60% de los componentes explorados, hubo códigos que no alcanzaron la saturación completa, y tampoco se pudo continuar la extracción de datos por la imposibilidad de encontrar más participantes potenciales para el estudio. Finalmente, la última limitación que podemos mencionar se trata de que después de realizarse el análisis de los datos recopilados, los hallazgos se les compartieron a la institución, pero no se sometieron a verificación de miembros, lo que puede haber dado lugar a representaciones o interpretaciones erróneas.

A pesar de las limitaciones mencionadas previamente, el actual estudio presentó evidencia sobre los elementos del tratamiento que ayudan en la interiorización de una identidad de recuperación a largo plazo, así como el mapeo de los cambios subjetivos graduales que se gestan a lo largo de la trayectoria de la identidad de recuperación. A juicio de los autores, la investigación abre una importante extensión para comprender cómo las personas inician, mantienen y consolidan el cambio de comportamiento adictivo, y qué factores son los más significativos que deben tener en cuenta los profesionales para ayudar a las personas con trastorno por consumo de sustancias para lograr transformaciones internas de larga duración hasta personalizarse de manera absoluta. No obstante, la información extraída mediante entrevistas a 9 participantes no es suficiente para establecer conclusiones definitorias y la muestra seleccionada presenta determinados sesgos.

Téngase en cuenta que el objetivo del estudio fue sólo explorar la interacción de algunos factores relacionados con el tratamiento y su asociación con el inicio y mantenimiento de la interiorización de una identidad de recuperación a largo plazo, pero desde un análisis de contenido deductivo, en el que se verificó y comprendió únicamente si los componentes terapéuticos pre identificados en la literatura repercuten o no en la recuperación cotidiana de las personas que han sido diagnosticadas con un trastorno por consumo de drogas.

DECLARACIÓN DE LOS AUTORES

Los autores declaran no tener conflicto de interés.

FUENTES DE FINANCIAMIENTO

Ninguna.

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